Pocas regiones brillan con tanto esplendor a las puertas del invierno europeo como lo hacen los Alpes franceses con su extensa paleta cargada de paisajes abrumadores y siempre bajo la atenta mirada del macizo Mont Blanc.
Esta región colindante con Suiza nos ofrece una extensa gama de posibilidades que harán que nuestra estancia allí sea de lo más diversa posible llevando a tu Puente de la Inmaculada a un nivel superior.
Sus majestuosas montañas, sus imponentes valles y glaciares, sus lagos y cascadas de gran altura, sus pueblos alpinos de manual con el plus añadido de contar con algunos de los mercadillos navideños más populares del país ya instalados en sus plazas y calles van a terminar por conquistar nuestros corazoncitos viajeros desde el minuto uno de nuestro viaje.
Nuestra primera parada será Ginebra, a donde volaremos y desde donde recogeremos nuestros vehículos de alquiler para de esta forma exprimir la región al máximo pudiéndonos perder por sus carreteras panorámicas siendo dueños y señores de nuestros horarios y de nuestro programa sin tener que depender de nada ni de nadie.
Annecy será nuestra primera parada obligada. La que para muchos es la “Venecia de los Alpes” nos cautivará con sus canales y con su casco antiguo medieval.
A ningún buen viajero que se preste debe faltarle en su galería la famosa foto con el Palacio de Lile a sus espaldas flanqueado por sus coloridas casas a ambos lados del canal principal.
Chamonix será otro de los platos fuertes de nuestro viaje de invierno por Los Alpes. La capital de la nieve es todo un reclamo para los amantes del montañismo, del senderismo por una naturaleza exuberante y del turismo de relax en general. Esta nos ofrecerá un abanico de posibilidades muy amplio para que el tiempo que pasemos por sus alrededores se pase volando.
Rara vez en nuestras rutas suele faltar alguna actividad relacionada con el deporte y esta vez no iba a ser menos. En función del tiempo y las restricciones por la nieve o temporales que nos encontremos durante nuestra estancia allí, llevaremos a cabo el trekking del Circo du Fer-a-Cheval o el de la Cascada Rouget.
Ambas, caminatas consideradas pura magia para las retinas.
En unas fechas tan señaladas no podría faltar una visita a algunos de los mercadillos navideños más coloridos del país galo y los de las ciudades de Annecy y Megève serán los elegidos por ser los que mejor conservan la estética real de los Christmas markets de toda centroeuropa. Sus decenas de puestos de madera ofreciendo vino caliente, dulces típicos, artesanía o gastronomía local harán las delicias de nuestros paladares para compensar las gélidas jornadas que viviremos durante la expedición.
Lejos del bullicio de pueblos más populares y turísticos tendremos tiempo para hacer esa mirada más intimista y retrospectiva de esas localidades ancladas en el tiempo que han sabido preservar su esencia desde siglos atrás ayudadas por su aislamiento geográfico y el buen hacer de sus vecinos y administraciones locales.
No podemos pasar por alto que el esquí es el deporte que más dinero genera en toda la región, y consideramos que parar en algún pueblo a los pies de una estación contribuye a traernos esa visión global que nos gusta de los sitios.
Morzine, a los pies de la estación de Avoriaz con sus casitas de madera y sus tejados de pizarra será la localidad elegida para que palpemos de primera mano la dimensión de este deporte en la cordillera alpina.
Pero si hay algún fenómeno que destaque por encima del resto en esta región francesa es la presencia de una multitud de lagos insólita, de todos los tamaños y aspectos que podamos imaginar.
Os hemos preparado una selección variada de los mejores y más significativos que van desde el gran Lago Lemán que hace frontera con Suiza y del que disfrutaremos desde las calles de la melancólica aldea de Yvoire, pasando por otros ejemplos más recónditos y salvajes como lo son el Lago Vert o el Lago de Ilettes.
Ya sabes que nos gustan las sorpresas y como siempre os tendremos preparada alguna actividad de ocio de esas que hacen aún más atractivo si cabe el lugar. No os vamos a dar muchas pistas… ¿Podrá ser un circuito en algún centro termal de la montaña, un paseo en tren cremallera por esos paisajes del más puro estilo “Heidi” o alguna subida en teleférico alpino para ver lo más cerca posible el imponente Mont Blanc? Súmate al grupo y lo experimentarás por ti mismo.
Y con respecto a los glaciares, tenemos dos indomables lenguas de hielo como son el Mer de Glace y el Glaciar de Bosson, el más grande del continente que nos harán trasladarnos a paisajes árticos al contemplar sus caprichosas formas y su llamativa paleta de colores con tonos azules.
Si el frío no te echa para atrás y quieres dejarte sorprender por un manto de nieve blanco, naturaleza en estado puro y por muchos de los pueblos que encabezan el ranking de los más bonitos de Europa, esta es tu expedición.