¿Quién no ha soñado alguna vez con sentirse como “Heidi” y correr descalzo por alguna de las muchas praderas de los Alpes Suizos, rodeado de cumbres nevadas, escuchando el canto de los pájaros de fondo y respirando el aire puro de aquellas montañas?
Si aún no tienes planes para esta Semana Santa, Viajando Diferente te ofrece la posibilidad de vivir una experiencia única, de esas que se te quedan grabadas en la retina para toda la vida.
Te vamos a llevar a hacer la ruta más completa posible a través de los rincones más bellos, y elegidos a conciencia de todo el país helvético.
Manteniéndonos fieles a nuestra filosofía, vamos a dejar de lado las grandes urbes impersonales y vamos a adentrarnos en la suiza auténtica, en la de cuento, en la de paisajes de postal navideña, en la de las típicas casitas alpinas de madera, la de las aldeas, los manantiales, los grandes lagos, la montaña, los verdes prados y la de la naturaleza a raudales en cada rincón que exploremos.
Para llegar hasta el corazón de esos sitios, no hay otra forma de hacerlo que alquilando nuestros propios vehículos una vez que nos bajemos del avión para no desaprovechar ni un sólo instante de nuestra estancia y, optimizar así, cada minuto de luz que nos brinde el día sin depender de horarios de autobuses, trenes y otros factores que nos pudieran ralentizar y obligarnos a dejar cosas en el tintero.
Debido a nuestra experiencia en el pasado, vamos a ir a tiro hecho a enseñarte lo “top” de lo “top”. Sí, esos pueblos que aparecen en muchas de las listas de” pueblos con más encanto del viejo continente” como “Gruyères”, siempre asociado a sus quesos y asentado en un enclave de lo más bucólico que hayas visto jamás.
Pasearemos por “Grindelwald”, otra de esas reliquias de localidades de las que puedes llegar a sospechar que se trata de una maqueta en lugar de un pueblo real debido a la armonía y a la conservación de todo su conjunto al completo.
Vamos a recorrernos las zonas de los principales lagos y la mayoría de los pueblos que se asientan sobre sus orillas y se dejan bañar por sus aguas como el fotogénico “Thun”, “Ringgerberg” o el pintoresco “Spiez”.
Pero si hay un pueblito que destaca por encima del resto y a los que muchos suizos le otorgan el título al mejor premio del país, este es “Lauterbrunnen”. Su ubicación junto a un macizo montañoso, sus cuidadas casitas alpinas y una cascada de más de 300 m de altura como telón de fondo cayendo sobre la parte trasera de la localidad lo convierten en un “must” indiscutible en nuestro periplo por Suiza.
Pararemos por la carretera las veces que haga falta a hacer fotos o a disfrutar de los rincones que nos llamen la atención desde el coche.
Si te gustan los castillos y las leyendas, estás de enhorabuena ya que te llevaremos a los dos mejores “castillos flotantes” del país: el de “Chillón” sobre las gélidas aguas del Lago Lemán, que sirvió de inspiración a los productores de la película La Sirenita de Disney para ambientar el Castillo del príncipe Eric basándose en el original.
Y el de “Oberhofen”, a orillas del imponente Lago Thun con detalles medievales y románticos que lo convierten en una realidad de los que tantas veces hemos visto en los cuentos de hadas.
Y si te consideras más urbanita, tendrás tu dosis de asfalto, pero eso sí, sólo parando en las ciudades más entrañables, acogedoras y las tres, de corte medieval, como lo son “Lucerna”,” Friburgo” o “Berna”.
Sabes que nos gusta el senderismo y por ese motivo os tenemos preparada una de las rutas más atractivas de todo el país, que no es otra que la de la subida al Lago Oeschinensee.
El esfuerzo de 12 km merecerá la pena cuando avistemos una de las aguas turquesas más imponentes que hayan disfrutado nuestras pupilas.
Y la otra ruta nos conducirá a las segundas cascadas más altas de Suiza: las Englistligen Falls, de 600 m de altura incluidas en el Inventario Suizo de Paisajes de Importancia Nacional.
Y siguiendo con la naturaleza, que estará en su momento álgido y primaveral para cuando llevemos a cabo nuestra visita, iremos en busca de uno de los manantiales más fotogénicos y bellos del país alpino: Sibe Brünne que con sus cascadas y saltos de agua en terrazo convierten al enclave en magia en estado puro.
Una ruta tan extensa en un país tan caro como Suiza, sólo es posible de abordar aplicando nuestra filosofía “low cost”, que llevaremos a cabo a rajatabla para encontrar siempre las opciones más económicas anteponiendo las experiencias y el ver lo más bonito de cada sitio, al lujo.
Si te animas a formar parte de la expedición al país de los quesos, y los relojes de cuco, corre a reservar tu plaza, que suelen volar al ofertarse sólo un máximo de 11+ coordinador, y más, tratándose de unas fechas tan señaladas.