COSTA OESTE DE U.S.A.

Hacer un viaje a Norteamérica debería ser un requisito indispensable en el currículum de cualquier buen viajero que se preste. Si bien es cierto que muchas veces tenemos la sensación de haber estado ya allí debido a las grandes dosis de cultura americana que hemos ingerido desde nuestra infancia a modo de películas, series, o publicidad, es necesario esa primera visita para que esta supere cualquier cliché o expectativa que pudiésemos llevar preconcebida de serie.

Estados Unidos es el país del “todo a lo grande”, de las oportunidades, del espectáculo, de los mil iconos cinematográficos, de las grandes cadenas de hamburguesas y de imponentes centros comerciales,

pero también lo es de la naturaleza en estado puro, de multitud de parques nacionales, de la multiculturalidad, de kilométricas carreteras entre desiertos donde el sólo hecho de conducir por ellas ya es una aventura por sí sola.

Nuestra andadura en tierras californiana comenzará nada más bajarnos del avión en Los Ángeles. En esta ciudad de dimensiones estratosféricas tendremos mucho que ver y que hacer: podremos pasear por las majestuosas mansiones de Beverly Hills o Bel Air, alucinar con la moda alternativa y los graffitis del distrito de Melrose Place, darnos un baño en las playas de Santa Mónica a lo “Vigilantes de la Playa”, o de “Venice Beach”.

Pasear por Rodeo Drive a lo Julia Roberts en Pretty Woman, buscar las estrellas de nuestros actores preferidos en el Paseo de la Fama junto al Teatro Dolby, degustar un sabroso pato al Pekín o unos noodles servidos directos desde el wok en las calles de Chinatown, hacernos una foto con el cartel de Hollywood de fondo.

No podríamos marcharnos del país del ocio por excelencia sin dedicarle un día de lleno a este entrando en uno de los parques temáticos más asombrosos del mundo como el de “Universal Studios de Hollywood”.

Allí encontraremos recreaciones de mundos tan recurrentes en la ficción y reconocidos por todos como el de Jurassic Park donde nos daremos un paseo en lancha por un río donde estas extintas criaturas nos tendrán preparadas desagradables sorpresas.

Durante unas horas todos querremos ser magos mientras recorremos el poblado de Harry Potter custodiado por una impresionante y fidedigna recreación a escala real del Castillo de Hogwarts.

Después de tantos años viéndolo en las sobremesas de Antena 3, conoceremos por fin Springfield y a todos sus amarillentos amarillos, no nos quedarán palabras para describir el realismo del Bar de Mou o el famoso badulaque de Apu.

Los amantes de los videojuegos estarán de enhorabuena ya que a primeros de este año se inaugurará un ambicioso espacio dedicado a Super Mario Bros, después del éxito cosechado en las otras franquicias de Tokyo u Orlando de este reconocido y bigotudo personaje.

Después de subirnos a nuestro coche de alquiler y comenzar con nuestro road trip a lo “Thelma y Louise” por la emblemática carretera del pacífico, llegaremos a nuestra segunda parada del programa, que no es otra que la ciudad de San Francisco, una de las urbes más cosmopolitas y de carácter más abierto de todos los Estados Unidos.

Esta nos deleitará con el emblemático Golden Gate, con sus coloridos tranvías atravesando las enormes calles empinadas, la prisión de Alcatraz, las famosas casitas de colores que aparecían en la serie Padres Forzosos conocidas como las Painted Ladies, o con su pintoresco barrio chino entre otros atractivos.

Unas calles empinadas como nunca antes habías visto y una red de tranvías salpicando toda la ciudad hará que te recuerden que esas estampas no sólo existían tras la pantalla de tu televisión.

Pero si os gusta la naturaleza y disfrutáis con el senderismo, la montaña y las grandes superficies verdes, estáis de enhorabuena y posiblemente tenga algo que deciros el P.N. de Yosemite con sus caudalosos ríos y extensos lagos de color turquesa.

Dormir dentro de él, improvisar un picnic en alguno de sus grandes prados o topar con algún ejemplar de oso durante una de nuestras rutas resultará una experiencia inolvidable de las que algunas veces te regala la naturaleza.

El P.N. de las Secuoyas dejará en evidencia lo insignificante que somos los seres humanos, sobre todo cuando nos ponemos al lado de especies de árboles con un grosor de 10 metros de diámetro de tronco y que rondan los 90 metros de altura.

Y tocará cambiar de estado y poner rumbo a Nevada y es que un viaje a la costa oeste no podría considerarse completo del todo si obviásemos la obligatoria parada en Las Vegas. En la capital del juego mundial es imprescindible hacer un alto en el camino para tomar conciencia de cómo se puede llegar a vivir el concepto “ocio” dentro de este país.

Nos recorreremos muchos de sus casinos temáticos, que recrean a la perfección escenarios reales como la italiana Venecia, el parisino Moulin Rouge, una isla del tesoro y hasta un conseguidísimo castillo medieval ambientado en la leyenda de Excalibur.

Pasear por su famosa “Strip” será sinónimo de hacerlo por la avenida con mayor cantidad de estímulos que hayamos pisado en nuestra vida. Y es que cada noche allí se dan cita decenas de artistas de talla internacional y las más populares personalidades del mundo del deporte y del espectáculo para ofrecer conciertos multitudinarios, combates de boxeo, shows de magia y todo tipo de actuaciones que se nos pueda pasar por la mente.

Otra de las joyas de la corona que tendremos la oportunidad de disfrutar con los cinco sentidos durante nuestro particular sueño americano en el tercero de los estados que visitaremos: Arizona , será el Gran Cañón del Colorado, que igual que días antes en los secuoyas hará que nos sintamos diminutos ante las dimensiones de este imponente escenario. Nos relajaremos dejando perder nuestra mirada en el horizonte y buscaremos los miradores más estratégicos para obtener las mejores vistas de esta maravilla de la naturaleza.

En el bloque final de este extenso recorrido daremos la posibilidad a nuestros viajeros (voluntaria y fuera de presupuesto),de adentrarnos un poco más en el desierto de Arizona y hacerle así una visita a una maravilla de la naturaleza denominada Antílope Canyon,  reserva nacional aún gestionada por los autóctonos indios navajos, y donde las formas caprichosas que la erosión ha dejado en las rocas de este, nos harán dudar si lo que estamos viendo pertenece a la fantasía o a la realidad.

La otra opción alternativa será la de descubrir el P.N. de Zion y hacer una ruta de senderismo acuático por él con unas botas especiales que nos proporcionaría la empresa que lo regente de esas que no olvidaremos en nuestras vidas.

En nuestro regreso a Los Ángeles conduciremos por un tramo de la clásica Ruta 66 y nos detendremos a reponer fuerzas a base de buenas hamburguesas y batidos caseros en algunos de sus míticos diners emulando a aquellos que cobraron tanta popularidad en los años 50´s. Y es que ¿A quién no le apetecería por un rato meterse en la piel de Sandy y de Danny en “Grease”?