Islas Griegas y Atenas

Todo viaje que se preste en Grecia debería comenzar y terminar por una visita en profundidad a su capital Atenas y la nuestra no iba a ser de otro modo.

Pasear por Atenas es darse una vuelta por la historia de una de las civilizaciones más influyentes de todos los tiempos. La cultura, la mitología y la esencia helena están presentes en casa esquina de esta animada capital europea.

Hablar de Atenas es imposible si no lo hacemos de su Acrópolis. Esta preside la ciudad desde un imponente monte y las vistas destacan desde cualquier barrio o punto de la urbe.

Atenas nos mostrará sus barrios, sus tabernas el día a día de los locales, su mentalidad de estar siempre en calle disfrutando de su exquisita gastronomía o compartiendo a carcajadas una partida al backgammon u otros juegos de mesa tan practicados por esos lares.

Barrios como Monasteraki o el de Plaka nos harán comprender poco a poco la idiosincrasia de una de las capitales con más personalidad del viejo continente y disfrutaremos perdiéndonos por sus estrechas callejuelas y practicando el arte del regateo en sus mercados locales.

Aparte del ocio y la vida jovial de sus calles, es una evidencia que a nivel cultural Atenas tiene mucha tela que cortar y que en ningún momento vamos a dejar coja esta parcela del viaje. Además de la Acrópolis y su Museo Nacional, entre otras paradas visitaremos el Teatro Dionisio, siendo este el mayor centro de artes escénicas construido por los antiguos griegos,

o el Estadio Panatenaico, lugar donde se celebraron los primeros Juegos Olímpicos de la historia.

Y tras varios días de bullicio y de pateos épicos por este primer bloque más “urbanita” tendrá lugar nuestra primera parada a nivel insular. Este segundo «stop» será en la Isla de Milos, a la que llegaremos desde Atenas en ferry tras una travesía de varias horas. Milos es una pequeña isla de origen volcánico situada en el Mar Egeo que derrocha belleza de principio a fin. Pertenece al conjunto de las llamadas Islas Cícladas y gracias a su particular orografía es una isla salvaje, única y auténtica. Es pura esencia griega sin masificación con pueblos de postal, aguas cristalinas y playas de todos los tipos que te puedas imaginar.

Sus 125 kilómetros de costa discurren entre y mil atractivos distribuidos por cada rincón al que llegaremos gracias a nuestros coches de alquiler.

La puerta de entrada a la isla es el coqueto puerto de Adamas, de reducidas dimensiones, pero bonito y pintoresco. Este será el punto de partida para visitar el resto de la isla.

Si eres de agua y chapuzones estás de suerte porque gran parte de esta aventura la vamos a destinar a darnos buenos mientras nos tostamos vuelta y vuelta al sol.

Sin palabras nos dejará la playa lunática de Sarakiniko con formas caprichosas debido al fenómeno que la erosión del viento y el mar ha ido generando sobre las rocas hasta conseguir modelar las piedras.

Aldeas pesqueras como Klima y sus coloridos almacenes donde los hombres del mar guardan sus redes y aparejos, nos regalarán una imagen de postal.

El pequeño pueblo de Firopótamos asentado sobre una bahía turquesa y custodiado por el campanario de una pequeña iglesia ortodoxa son otro de los ejemplos que refuerzan la idea de que el turismo de masas debería seguir sin colarse en esta isla secreta y preservarla así de su belleza sin corromper.

En esta isla comeremos como reyes y degustaremos platos tan auténticos como el tzatziki, el souvlaki, los rejos de pulpos frescos secados al sol, la musaka o unas frescas ensaladas a base de queso feta y tomate que sólo allí saben preparar.

Y llegará la hora de, tras otra travesía en barco, poner pie en Santorini para exprimir al máximo la Isla de las cúpulas azules.

La hemos visto muchas veces en salvapantallas y en los carteles de los escaparates de las agencias de viaje, pero hasta que no lo apreciemos con nuestros propios ojos no vamos a ser conscientes del glamour que de esta emana y el magnetismo que Santorini ejerce sobre sus visitantes.

Cada calle empinada y serpenteante, cada villa salpicada por enredaderas y plantas de buganvilla, cada molino de viento levantado sobre sus laderas, servirán para afianzar la idea de que, si el ruido mediático de algo es tan grande, algún motivo de peso tendrá…

Allí veremos algunos de los mejores atardeceres que nos dejará este tour por el país heleno, daremos la posibilidad de hacer un trekking y visitar la isla vecina de Nea Kameni con su volcán activo y darnos un baño en sus aguas termales llenas de sulfuro (Esta opción será voluntaria y según la decisión que tome el grupo).

Nos perderemos por su capital Fira, por el pueblo que parece una maqueta de Oia y por otras aldeas donde la esencia de esta isla volcánica sigue intacta.

En lo que a playas de refiere visitaremos algunas tan sorprendentes y peculiares como la Playa Roja, la Playa Blanca o la Playa de Eros, totalmente opuestas a las de Milos pero que proporcionarán el equilibrio perfecto a un viaje completo de principio a fin.