La Toscana

Viajar a Italia es siempre como volver a casa y hacerlo a la región de La Toscana equivaldría a hacerlo con la certeza de que todo sigue en su sitio, igual que siempre.

Su similitud con nuestra cultura, con nuestro clima y con el carácter español en general convierten un paseo por sus viñedos y sus pueblos de piedra en el viaje más cómodo que cualquier viajero se digne a emprender

.Quien para por esta región sabe lo que se va a encontrar y es que la Toscana huele a campos de trigo, a focaccias recién sacadas de sus trattorias, a abetos, a buganvillas, a vino añejo macerado sin prisas en sus barricas.

Mucho se ha hablado de esta amplia región, pero no todos conocen de ella mucho más allá de sus dos famosas y laureadas capitales Florencia y Pisa, que aunque también las visitaremos, no nos podríamos quedar ahí.

Ya nos vas conociendo y sabes que somos unos inconformistas, que no nos es suficiente con “lo típico”. Nos gusta ahondar en las rutas, llegar a los rincones más auténticos y llevarnos una visión más global de todo fuera de la clásica urbe asfaltada donde te deja el avión.

Una vez cojamos nuestro coche de alquiler en el mismo aeropuerto comenzará la ruta que nos llevará a pueblecitos tan asombrosos como “San Gimignano”, conocida por muchos como la Nueva York de la Edad Media debido a los altos campanarios que se levantan desde su casco histórico y que se dejan ver desde toda la comarca.

La histórica Siena será otra de las paradas obligatorias donde tendremos la oportunidad de disfrutar de su majestuosa Piazza del Campo, una de las plazas medievales mejor conservadas de Europa y en donde cada año se celebra desde el medievo su famoso “palio” de carreras de caballo entre los mejores jinetes de los distintos distritos de la ciudad.

Dejaremos tiempo para perderemos por sus laberínticas calles de Arezzo, el pueblo que fue elegido como set de rodaje de la mítica película «La Vida es Bella» del mismo modo en el que lo hacía Roberto Benigni con su bicicleta en algunas de sus ya clásicas escenas.

Si eres fan de la saga Crepúsculo estás de enhorabuena ya que en el programa incluimos la visita a Montepulciano, set de rodaje de muchas de las escenas de su segunda película, y es que sus productores no tenían un pelo de tonto y supieron en todo momento que filmar en aquel museo al aire libre sería sinónimo de éxito.

Pero si por algo destaca la imagen de La Toscana que todos tenemos en nuestro inconsciente es por la de verdes praderas entrelazadas con colinas, salpicados por espigados cipreses, la niebla baja al amanecer y las alpacas de trigo enrolladas esperando a su recolección total. Esa ha sido la imagen que muchos salvapantallas de Windows nos han mostrado siempre sobre la región y que la película “Gladiator” se empeñó en mitificar. ¿Y dónde se encuentra eso? -Pues en el Valle de Orcia. ¿Y llegaremos hasta allí?

-¿Lo dudabas? Lo recorreremos en coche de arriba abajo haciendo las paradas para hacer fotos que sean necesarias. Trataremos de montar un picnic a base de mortadela siciliana y con una buena cuña de queso parmesano mientras dejaremos que suenen de fondo los acordes del ya mítico “O Sole mío!”en el cassette de nuestro coche para vivir la experiencia con toda la intensidad que esta estampa se merece.

No nos gusta revelar las rutas al cien por cien para que el factor sorpresa siempre esté presente en nuestros viajes, pero como adelanto excepcional te diremos que vamos a pasearnos por la ciudad renacentista más pequeña del mundo: Pienza en la que tendrás la sensación de disfrutar desde dentro de una maqueta del siglo XV impecablemente conservada.

Subiremos a la colina sobre la que se asienta la amurallada Volterra, que se pasa de bonita y que con su pasado etrusco nos recuerda el gran número de civilizaciones que se han peleado por poseer estas afortunadas tierras.

Y como colofón nos daremos un relajante baño en las aguas de las Termas de Saturnia, las más bonitas y limpias de todo el país que se mantienen a una temperatura ideal en cualquier época del año.

Para lo demás, vas a necesitar venir…