Nuestras fotos por el mundo

“Estoy siempre persiguiendo la luz. La luz convierte en mágico lo ordinario”.

Esta célebre frase del afamado fotógrafo australiano sintetiza a la perfección lo que he intentado perseguir con mis fotografías a lo largo del mundo desde que este arte subjetivo apareció en mi vida para mantener conmigo una peculiar relación de amor-odio con la que llevo conviviendo algo más de quince años.

Las puestas de sol, los amaneceres, las famosas “horas mágicas” de naturaleza tan fugaz, esa sonrisa de niño efímera con rasgos caucásicos u orientales, la vida cotidiana y sus oficios, los mercados, quedarme atrás esperando hasta que el grupo de amigos con el que viajo se funda con el escenario y sean entonces capturados por mi objetivo sin que ellos se percaten, gestos robados, ancianos con arrugas muy marcadas, y sí, más de un posado también, se han convertido involuntariamente en el blanco de mi objetivo durante todos estos años.

Las fotos me ayudan a recordar detalles, momentos, y a relacionar estos con el lugar, me refrescan los nombres de los sitios y a estructurar en mi cabeza lo que sin ellas sería un cajón desastre indescifrable. Sin ellas, toda esta información no se interiorizaría, duraría menos en nuestra retina y se distorsionaría con mayor facilidad pasado un tiempo. Son un regalo generoso que como el buen vino cobran más valor a largo plazo.

Son innumerables los disparos que he llevado a cabo con mi cámara durante mis viajes, y los momentos que con esta he podido inmortalizar. Sería imposible poder mostraros todo el material que conservo, pero aquí os dejo un buen resumen de “trocitos del mundo” por los cerca de 50 países en los que, junto a “la prolongación de mi mano” como yo la llamo, he podido disfrutar y aprender a partes iguales de las maravillas que me estaban esperando ahí fuera.

Europa

El viejo continente y su gran diversidad nos deja a cada paso restos de sus ancestros y un patrimonio cultural incalculable en cada país. Paisajes de lo más variopintos desde las islas mediterráneas a los bosques escandinavos, pasando por las gélidas repúblicas ex soviéticas.

Asia

El continente exótico por antonomasia, sus particulares rasgos étnicos, el budismo o hinduismo como forma de vida, la paz interior, el arroz como eje de su alimentación, y la eterna sonrisa son sus bazas.

África

Un país que no se cansa de luchar y que lleva levantándose de duros golpes desde su existencia, con raza, donde el frío casi no tiene cabida en sus estándares, indomable, inquietante, cuna de tribus que aún hoy siguen sobreviviendo y con una fauna salvaje que la hacen única en el mundo.

América del Norte

O el “Nuevo Mundo”, aparte de ser considerada como la tierra de las oportunidades y del espectáculo convertido en país, la diversidad natural que te ofrecen sus parques nacionales, largas playas y el amplio abanico de lugares icónicos que alberga, la convierten en un reclamo perfecto para cualquier buen viajero que se preste.

América Latina

La tierra de nuestros hermanos latinos, con los que nos unen mil conexiones y semejanzas debido a su pasado colonial. Color, fuerte folklore, arraigo a las civilizaciones pasadas y amor por la madre tierra conforman los pilares de su existencia. Un imprescindible para todos al menos una vez en la vida.

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