¿Os imagináis poder disponer de una máquina del tiempo que nos pudiera abducir y nos devolviera durante algunas horas a los años más entrañables de nuestra tierna infancia? Pues este sueño ya es posible gracias a la maravillosa iniciativa, al gran esfuerzo y a la encomiable dedicación que el fundador del museo de Regreso a la Infancia ha tenido para poder convertir ese anhelo en una realidad.
Tras estos días de intercambio de regalos, de recogimiento familiar y de nostalgia colectiva qué mejor propuesta para ponerle un broche de oro a estas navidades diferentes que hacerle una visita al Museo Andaluz del Juguete Vintage y volver a sacar durante un rato a ese niño que todos llevamos dentro mientras nos reencontrarnos con los juguetes, golosinas, tebeos y colecciones que nos marcaron a todos los críos de las décadas de los 70´s, 80´s y 90´s.

¿Pero dónde se encuentra este templo de y qué precio tiene su entrada?
La sede del Museo Andaluz del Juguete Vintage se encuentra en la localidad sevillana de Osuna, más concretamente en la C/Alfonso XII, 25.
El precio de la entrada está fijado en 2€, que no deja de ser una cuantía simbólica ya que la experiencia que ofrece esta exposición a sus visitantes es inolvidable y el valor de “joyas” que atesora es incalculable.
¿Quién es su fundador y cómo comenzó la idea de su creación?
El gerente y emprendedor de esta acertada iniciativa es Jesús Cansino, un joven que ya desde pequeño fue un auténtico apasionado de las figuras de acción y que tras visitar otros muchos museos nacionales dedicados al sector del juguete se dio cuenta de que existía un vacío bastante grande en lo que a representación de estos en las décadas más recientes a nuestros días se refería y consideró una buena oportunidad llevar a cabo su creación centrándose en estos “años olvidados”. Su profunda dedicación y la ayuda adicional del Ayuntamiento de Osuna, colaborador activo del museo, le han proporcionado al proyecto la solidez que toda empresa necesita.

¿Qué podemos encontrar en el Museo?
Probablemente acabaríamos antes haciendo un resumen de aquel objeto que no estuviera representado en el museo ya que sus estanterías, repisas y vitrinas albergan un muestrario lo suficientemente grande como para complacer al nostálgico empedernido más exigente del mundo.
Se cuentan pode decenas las colecciones de figuras que llenan cada rincón de las instalaciones en donde los personajes de “Master del Universo”, Caballeros del Zodíaco, Geyperman, Tortugas Ninja, Gi-Joe, luchadores de la antigua WWF, son sólo algunas de su amplio muestrario.

Las que fueron niñas en aquella época también encontrarán una nutrida representación de sus juguetes preferidos. Las míticas muñecas de Chabel, Barbies, Barriguitas o Nancies , y colecciones como las de los Pequeño Pony, o Pin y Pon abarrotan cada recoveco de la sala.
Pero no sólo de juguetes se nutre este peculiar museo y son también otras secciones como la de envoltorios de productos y bebidas de la época o la de material escolar y libros de texto muy reconocibles por todos las que podrán hacernos derramar alguna lagrimilla: lápices Alpino, cajas de rotuladores Carioca, tizas Marblas, o los icónicos libros de la editorial Santillana nos devolverán a aquellas aulas de la E.G.B.

La sección del kiosko tampoco tiene desperdicio ninguno: colecciones de cromos de los que venían con los yogures, álbumes de fútbol, envoltorios con sus chucherías dentro, chicles Boomer, Cheiw, Bang Bang, Palotes, Pitagol, o los inolvidables Chimos nos transportarán a esos Domingos en los que, paga en mano nos sentíamos los más ricos del mundo eligiendo las golosinas o coleccionables en los que queríamos invertir nuestra preciada fortuna.

¿Cómo ha conseguido su fundador hacer acopio de tal magnitud de juguetes?
La tarea de reunir más de 6000 piezas de juguetes y recuerdos del pasado no ha sido tarea fácil ni se ha conseguido de un día para otro. De hecho, su stock sigue en continuo crecimiento desde que el museo abriera sus puertas en las navidades de 2018.
Los trasteros de las casas grandes de pueblo, los mercadillos callejeros y la compra venta a otros particulares vía internet de estas reliquias se han convertido en algunas de sus principales fuentes de suministro.

La puesta a punto y el escrupuloso mantenimiento al que someten a los juguetes, hacen que el estado de conservación de estos sea otra de las notas predominantes y que más llaman la atención durante la visita, dando la sensación de que la gran mayoría de artículos siguen décadas después sin haber sido siquiera estrenados.
Criterio para visitarlo
Si en algo han querido hacer hincapié desde la gerencia del museo es en el hecho de que sea el propio visitante el auténtico protagonista, el que recupere esa espontaneidad e inocencia que teníamos en nuestra infancia sin necesidad de seguir ninguna pauta u orden durante el recorrido.

Han querido prescindir en todo momento de leyendas o notas explicativas acerca de los juguetes sobre sus características técnicas o años de fabricación dándole así total protagonismo a que sea el visitante el que siga su ritmo particular basándose en sus propios recuerdos inmateriales.

Según nos contó su promotor Jesús Cansino ha habido gente que se ha quedado horas sin mediar palabras tras reencontrarse con ese juguete que tanto significó para él durante su infancia. Otros llegan a exprimir al máximo su estancia allí invirtiendo todas las horas que las instalaciones permanecen abiertas para que ningún detalle se le pudiera pasar por alto.
Atmósfera que rodea al museo
Otro aspecto que el fundador del museo ha querido cuidar hasta la extenuación es la atmósfera envolvente que acompaña al visitante durante todo el recorrido. Las canciones de series infantiles, las sintonías míticas de algunos anuncios de televisión, o efemérides informativas de esas décadas conforman la banda sonora de nuestro paseo por este singular museo.

Los videos de todo lo anteriormente mencionado reproduciéndose en una tele nos ayudan a que demos ese salto temporal que nos meta de lleno en el lugar en el que estamos, así como las máquinas recreativas arcade con las que disfrutábamos en aquellos salones de juegos, o los posters de las películas de nuestra infancia, que también ponen su granito de arena a la hora de convertir la experiencia en algo todavía más auténtico.

Horarios de visita
Si quieres visitar este lugar de cuento tendrás que desplazarte a Osuna de jueves a Domingo en horario de 10 am a 14:00 pm y por la tarde de 16:30 pm a 20:30 pm.