Autor: Javier Pérez

Autor: Javier Pérez

Mi nombre es Javier, soy un onubense de 38 años que aunque en mi carta de presentación figuren los estudios de Filología inglesa y Comunicación Audiovisual, de lo que más orgulloso puedo sentirme es de mi currículum viajero y de la cantidad de experiencias que el viajar me ha proporcionado a lo largo de mi vida.

Esto fue lo que me llevó a fundar Viajando Diferente, una agencia de viajes alternativos en la que no serás un turista, serás un viajero.

«Galapinhos»: la Ibiza portuguesa

A medida que van pasando los años, se acumulan las experiencias, el número de lugares visitados va aumentando en nuestro currículum viajero y cada vez se hace más complicado, al menos en nuestro radio de acción y sin tener que llevar a cabo grandes desplazamientos, encontrar rincones que todavía nos dejen perplejos y nos obliguen a pronunciar la frase “¿Y tú estabas aquí y yo sin conocerte?”.

Eso fue precisamente lo que pensamos al topar casi de casualidad con este paraíso terrenal a modo de playa en las proximidades de la ciudad portuguesa de Setúbal y que responde al nombre de Playa de Galapinhos.

Parte de la Playa de Galapinhos vista desde la carretera

Si tratáramos de enumerar los elementos que para cada uno de nosotros debería incluir una playa perfecta, la amplia mayoría de los preguntados incluiríamos factores como el color de sus aguas, siendo el turquesa presumiblemente el más votado, su temperatura, ni aguas gélidas ni demasiado caldeadas, el dorado de sus arenas, una textura de grano fino, y un entorno natural y poco urbanizado probablemente serían las respuestas que prevalecerían en esta hipotética encuesta. Si nos pusiésemos algo más exigentes, tal vez le pediríamos que sus aguas estuvieran en calma y que la limpieza en torno a ella fuera notable. Y ahora sí, la suma de todas estas cualidades conformaría el listado ideal de nuestra playa perfecta.

Cuando a raíz de un consejo que salió en una conversación con una chica local dimos con este enclave idílico, comprendimos que sin pretenderlo habíamos dado con un oasis a la altura de muy pocas playas portuguesas (con toda la carga que esta frase puede conllevar en un país bañado casi en su totalidad por la costa y con un nivel altísimo de playas “top”), y, que el compendio de atributos que arriba mencionábamos, se reunían en su totalidad en este lugar de ensueño.

Elegimos la margen oeste al ser la zona más tranquila de la playa

1.Motivos para ir a la Playa de Galapinhos.

El privilegiado entorno natural que la rodea invita a pasar allí cualquier jornada de playa que se preste. Al estar rodeada por el Parque Natural da Arrábida, se ha cuidado mucho el hecho de que el ladrillo no haya irrumpido con fuerza en sus alrededores, y eso al día de hoy, es de agradecer.

Los matorrales y pinares de tonos verdosos descienden desde los más altos riscos hasta casi fundirse con las aguas cristalinas de sus playas consiguiendo un hábitat casi idéntico al que se da en las playas de nuestras queridas Baleares.

Oleaje inexistente y temperatura ideal

Al no tratarse de una zona tan popular de costa como puedan ser la de la región sur del Algarve, las proximidades de la costa lisboeta o la franja norte del litoral portugués, hacen que la masificación no haya llegado a su punto más álgido en ella todavía.

Una de las cuevas a las que se puede acceder nadando si la marea no es muy alta

Si a todo esto le sumamos la posibilidad de ver con total nitidez a bancos de peces jugueteando entre tus piernas, la visita inesperada de algunos ejemplares de delfines saltando al ritmo de las olas a 100 metros escasos de la orilla y la aparición de pequeñas cuevas salpicando sus proximidades originadas por la erosión del agua en la roca, probablemente entenderás porque ostenta el número uno del ranking a la mejor playa de Europa según la encuesta promovida por la web European Best Destinations en 2017.

La transparencia de las aguas es palpable

2. ¿Cómo llegar a la Playa de Galapinhos?

Galapinhos se encuentra a poco menos de 10 km de la ciudad de Setubal en la carretera que bordea la costa en dirección a Sesimbra. Si llegas desde Lisboa, pasaríamos a hablar de 60 km y una hora de conducción.

El coche lo tienes que dejar arriba en la misma carretera en la parte del arcén que más amplitud te ofrezca.

Probablemente el factor que ha conseguido mantener alejada a esta playa de las hordas de visitantes y del bullicio de otras más próximas ha sido la relativa complejidad para acceder a sus aguas, y es que es necesario descender por un camino algo abrupto y empedrado que se abre entre los matorrales desde la carretera hasta la propia playa.

Antes de empezar a descender por el camino de grava una vez aparcado el coche

3. ¿Dónde hospedarse y qué hacer por la zona?

Aparte de la siempre atractiva y cercana opción de alojarse en Setúbal, la capital del choco frito y de sus buenos vinos regionales, con su decadencia envolvente y salpicada por otras muchas playas de igual belleza como la de Figuerinha, Portinho da Arrabida o la de Albarquel, la Península de Troia, puede resultar otra opción interesante. Esa extensa lengua de arena blanca bañada por el Atlántico en su margen izquierda y por la Reserva Natural del Estuario del Sado en el derecho, se ha convertido en un referente para las clases más altas de la sociedad portuguesa, prueba de ello son los lujosos complejos que se han levantado en su extremo norte, su casino de trazado futurista o su puerto deportivo son alguno de los ejemplos de la evolución constante a la que se está viendo sometida la zona.

Península de Troia con su complejo hostelero, su enorme playa y el Estuario del Sado a la izquierda de la imagen

4. Consejos Prácticos

Llega temprano porque al no haber aparcamientos habilitados como tales, hay que dejar el coche en la misma carretera. En fines de semana, sobre todo, es fácil acabar aparcando en un lugar muy retirado del acceso a la playa y en zonas en las que la carretera es más estrecha y la probabilidad de que te lleves algún arañazo no deseado de vuelta en el coche provocado por la falta de espacio, puede ser mayor.

Desciende con calzado sujeto al tobillo para evitar resbalones en un terreno de gravilla en el que es más fácil de lo que pueda parecer tener un percance.

Último tramo de la bajada. Aquí ya había pasado lo peor

Llevate algo de comida si no quieres verte obligado a sucumbir a los precios del único chiringuito que hay en la playa.

 Unas buenas gafas de buceo te ayudarán a ver con mayor claridad si cabe aquellos preciosos fondos marinos.

De esta guisa nos reciben sus aguas en Galapinhos

Esperamos que la recomendación te haya resultado interesante y que no tardes en apuntarte con nosotros a descubrir cualquiera de las propuestas viajeras que tenemos en el catálogo de nuestra web. ¡Hasta la semana que viene, viajeros!

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