1.Playa de Torimbia (Asturias)
Con sus 500 metros de amplitud, y rodeada de verdes praderas que intentan adentrarse en el mar formando una estampa incapaz de desprender más belleza, nos recibe la Playa de Torimbia. Una de las grandes joyas del Principado de Asturias ubicada en la localidad de Niembro. Su rubia arena y ese olor a Cantábrico y a hierba mojada la dotan de esa magia especial que sólo poseen las playas del norte. Si a escasos 300 metros de ella topamos de bruces con otra joya como es la Playa de Toranda, habremos hecho en el mismo día un 2 x 1 de playas top concentradas dentro de una misma localidad.
¡Ojo! Absteneros todos aquellos aferrados al textil. Es 100% naturista.
2.Cala S´Almunia (Mallorca)
Esta postal de antiguas casitas de pescadores enfrentada a una coqueta piscina natural conforma una de las estampas más idílicas de toda Baleares. Si el terreno abrupto hasta llegar al enclave bien puede hacernos dudar a la hora de seguir avanzando o darnos media vuelta, bastará con poner el primer pie en la cala para comprobar que habrá merecido la pena tanto esfuerzo.
Cuando se unen la belleza de las aguas mallorquinas y la creación de un embarcadero esculpido por la fuerza del mar el resultado es este capricho para la vista.
3.Playa de Cofete (Fuerteventura)
No sería justo excluir de esta selección a alguna de las imponentes playas de la isla del viento y la elección de una sola ha estado un tanto reñida. Finalmente, la Playa de Cofete se ha llevado el gato al agua. Sus 14 km de extensión, su ubicación privilegiada dentro del parque natural de Jandía, sus finas arenas de tonos anaranjados y el macizo montañoso que la parapeta han conseguido contagiarnos de esa sensación de paz y ausencia de bullicio que queríamos transmitir en este exigente top.
4.Bolonia (Cádiz)
No hemos tenido ninguna duda en considerarla uno de los grandes bastiones de Andalucía en materia de playas salvajes y en que ocupe uno de los puestos privilegiados de este ranking. Cubierta por un gran pinar que la protege como si de su niña mimada se tratase, por su gran duna de 30 m de alto que le proporciona la personalidad de la que hace gala y por el yacimiento de la antigua ciudad romana de Baelo Claudia que le otorga ese matiz ancestral, entendemos que Bolonia se ha ganado a pulso la presencia indiscutible esta lista por tratarse de un deleite para los sentidos en todos los aspectos.
5.Caló des Moro (Mallorca)
Desde que la conocí, supe que, si algún día llevaba a cabo una lista de playas favoritas, esta cala debería colarse entre el top 3 de ellas por no decir en el primer puesto. Con ese color en sus aguas que sólo es capaz de regalarnos nuestro querido Mediterráneo y una armonía y belleza digna de cautivar al más escéptico, este lienzo de óleos convertido en realidad te está esperando en el término municipal de Santanyí. Nuestro consejo es que no dudes en apuntártela para tu próxima escapada a Mallorca.
6.Playa de Rodas (Pontevedra)
A este arenal de las gallegas Islas Cíes ya le hemos dedicado algún artículo en exclusividad en nuestro blog el curso pasado. Insistimos en que, si el rotativo británico The Guardian la coronó como la mejor playa del mundo, quienes íbamos a ser nosotros para sacarla de ese olimpo de paraísos en el litoral.
A su belleza intrínseca de aguas cristalinas y arenas rubias hay que reconocerle también el mérito de las administraciones locales a la hora de saber gestionar con un modelo impecable su estado de conservación: limitar el aforo dentro del parque nacional, evitar la construcción de cualquier tipo de edificio y el hecho de poder acceder a ella sólo en embarcaciones, han contribuido en gran medida a que la playa goce de un estado de salud encomiable.
7.Playa de los Genoveses (Almería)
La provincia de Andalucía árida por excelencia esconde un sinfín de rincones bañados por el Mediterráneo (principalmente dentro de su parque natural de Cabo de Gata-Níjar), capaces de reunir dentro de un mismo encuadre sus clásico paisajes desérticos, las plantas de aloe vera o pita, y unas playas vírgenes de aguas claras de esas que podrían dejar sin palabra al viajero más exigente.
Si pretendes huir de la masificación, has dado con el lugar idóneo. De hecho, el acceso a la Playa de Genoveses en vehículo propio está muy limitado sobre todo en los meses de verano y es el ayuntamiento de San José el que se encarga de fletar pequeños buses para la mejor preservación del medio ambiente. Su vecina Playa de Mónsul, a la que se puede acceder a pie, tampoco tiene desperdicio y como anécdota os cuento que en ella se rodaron algunas escenas de la mítica cinta de Spielberg “Indiana Jones y la Última Cruzada”.
8. Cala Macarella (Menorca)
Para nosotros esta cala es el santo y seña de la isla menorquina. Habrá quien lo discuta puesto que en cuestión de playas la segunda ínsula balear en tamaño tiene mucha tela que cortar, pero bajo nuestra humilde opinión reúne todos los requisitos que se le pueden exigir a una playa perfecta.
La usencia de edificios, el paisaje salpicado por pinos y roca caliza, los barquitos aportando sus pinceladas blancas a un cuadro turquesa, sólo consiguen sumar enteros para situarla en el pódium de las mejores playas salvajes de España. Y si hubiese que añadirle algún “pero”, este sería según los locales la masificación que la cala está sufriendo en los últimos años a raíz de la aparición de esta en un conocido spot de la famosa firma cervecera “Estrella Damm”, idea que choca con el turismo sostenible y alejado de las masas del que siempre ha presumido Menorca.
9.Playa del Silencio (Asturias)
Su nombre ya nos adelanta el perfil de playa con el que vamos a encontrarnos una vez que consigamos acceder a ella. No esperes encontrar ni chiringuitos, ni baños ni duchas, sólo naturaleza salvaje, que al fin y al cabo es lo que estábamos buscando. Rodeada de verdes pastos y a 1 km escaso de la parroquia de Castañeras se esconde esta playa de guijarros semi envuelta por una muralla natural de cuarzo que impregna al lugar de misterio y belleza a partes iguales.
10. Playa de Ses Illetes (Formentera)
Ses Illetes es sin lugar a dudas la playa más famosa de la Isla de Formentera. A nuestro juicio es lo más parecido posible a estar en ciertas islas griegas sin moverte de España.
Este paraíso terrenal de aguas cristalinas se puede considerar un spa al aire libre debido a la tranquilidad de sus aguas y a su poca profundidad.
Gracias a que el único acceso posible a ella es a pie o en barco y a los pequeños islotes que salpican sus aguas y ,que a su vez le han dado su nombre, el enclave preserva ese halo de magia del que sólo algunos lugares tienen la suerte de poder presumir.
11.Playa de Langre (Cantabria)
Protegida por un gran acantilado de 25 metros de altura y con casi un kilómetro de extensión, la Playa de Langre es por muchos considerada como uno de los arenales más espectaculares de la comunidad cántabra. Su entorno privilegiado y la belleza que su enclave irradia, la convierten en la escapada ideal para darse un baño en una excursión de ida y vuelta si te quedas en Santander.
De fuerte oleaje siempre ha sido un referente para los amantes del sur, pero al mismo tiempo ofrece unas condiciones muy aptas para la práctica de actividades más tranquilas como el snorkel en su parte más occidental.
12.Playa El Castell (Gerona)
Dentro de que la Costa Brava merece otro capítulo aparte, hemos elegido la Playa o Cala El Castell por ser un referente y símbolo contra la especulación urbanística y porque gracias a la lucha incesante de muchos vecinos de la zona y de ganar un posterior referéndum se consiguió paralizar el proyecto de levantar una urbanización a pie de este paraíso natural allá por mediados de los años noventa. El único vestigio de construcción que queda en este precioso arenal son varias viviendas restauradas en uno de sus extremos de un antiguo poblado ibérico del año 6 a.c.
La Playa El Castell pertenece a la vecina localidad de Palamós, tiene forma de media luna, una extensión que ronda los 400 metros de largo y sus aguas claras y poco profundas son ideales para acoger a bañistas de todas las edades.