Si en algo son especialistas nuestros vecinos portugueses es sin duda en el hecho de saber sacarle el máximo partido a todo el patrimonio material e inmaterial del que gozan, pero siempre haciéndolo con ese punto de buen gusto y equilibrio entre diversión y tradición que nos recuerda que su afán no es precisamente el de querer rellenar fechas en el calendario con eventos sin sustancia, sino todo lo contrario.
Siendo conscientes del bonito impacto visual que provocan los campos cubiertos de almendros por su manto rosa y blanco y otorgándole ese colorido especial a sus paisajes entre los meses de enero y marzo, la maquinaria turística portuguesa no ha querido dejar pasar la oportunidad de crear un Festival en honor a este fruto, y tener su propio Japón o Valle del Jerte en primavera contribuyendo de paso a esa sostenibilidad tan necesaria en una comarca, la de los pueblos del Guadiana, a menudo olvidada por el potencial turístico que generan sus vecinos del Algarve costero.
¿POR QUÉ EL ALMENDRO?
Aunque cuenta la leyenda que el origen de esta sobrepoblación de almendros en la comarca es debido al capricho que un antiguo califa de la zona concedió a su esposa de origen escandinavo plantando miles de ejemplares para que esta no añorarse sus gélidas tierras nevadas (por aquello del parecido entre la nieve y el color blanco nuclear que irradia la flor del almendro), la explicación y versión que más fuerza coge va por otros derroteros.
Estos árboles frutales se han asentado bien en la zona por razones climatológicas y las condiciones favorables de su terreno. El fruto que generan es rentable para el consumo directo o para la creación de bebidas derivadas como lo es la amarginha y un último factor que refuerza que su presencia siga interesando a otros sectores empresariales es que la calidad de su madera sea altamente apreciada. Su cultivo es relativamente sencillo y no requiere de un cuidado ni de unas atenciones de carácter minucioso.
¿CUÁNDO Y DÓNDE SE CELEBRA?
Las jornadas del Festival das Amendoiras en Flor han tenido lugar el primer fin de semana del mes de febrero en la aldea portuguesa de Alta Mora y ponemos la mano en el fuego porque esta edición va a ser la primera de muchas a raíz del éxito cosechado y que pudimos comprobar con nuestros propios ojos.
Alta Mora es un pequeño municipio o pedanía de Castro Marim ubicado en la región del Barrocal, entre la playa y la montaña, y a tan sólo 25 km de la frontera española con Ayamonte.
¿QUÉ SE PUEDE HACER ALLÍ?
Hay que agradecer a la Asociación Recreativa, Cultural y Deportiva del municipio por la gran oferta de actividades que ha puesto a disposición del visitante dentro del marco del festival en una aldea de dimensiones tan reducidas como lo es Alta Mora.
Aunque la idea principal giraba en torno a los recorridos oficiales para hacer rutas de senderismo o trekking y conocer así todo el término municipal del municipio y sus alrededores poblados de estos árboles frutales en estas fechas, son muchas las propuestas de ocio que se han incluido en el programa para que la oferta global fuera más competente.
Los puestos con repostería regional tienen un papel bastante importante dentro de esta celebración y en ellos se pueden degustar muchos de sus dulces en los que la almendra se convierte en el ingrediente principal como son los morgados, las azevias o los deliciosos bolinhos.
De igual manera un amplio mercado engalanado de época compuesto por numerosas tiendas de artesanía, cerámica, mimbre o cantinas con barbacoas se encargan de ponerle colorido a la travesía principal del pueblo.
La oferta gastronómica es diversa y económica, pero con el típico matiz portugués de que todo lo que preparan, ya sea carne o pescado, será siempre cocinado al carbón.
Un pasacalle con zancudos y los típicos personajes circenses fue otro de los atractivos que amenizaron la estancia de los más pequeños durante las horas que estos pasaron en Alta Mora.
La recreación de oficios de la antigüedad por parte de los propios vecinos nos traslada al pasado en una muy conseguida ambientación escenográfica.
Otro aspecto que nos resultó curioso fue la oferta a nivel de juegos de mesa y habilidad con piezas talladas en madera y desplegados por distintas zonas del recinto para el uso y disfrute de un público de todas las edades.
La música cuenta también con un rol destacado en el evento y llama la atención el despliegue a nivel audiovisual llevado a cabo por la organización traducido a modo de escenario de dimensiones destacables por el que pasan agrupaciones musicales de distinta índole durante todo el fin de semana.
¿CUESTA DINERO ACCEDER AL RECINTO?
El festival en sí es de acceso gratuito. Sí que es cierto que a la entrada te “obligan” a comprar un vaso de plástico reforzado con el diseño o el logo de la feria con el fin de contribuir con la organización y para evitar el desparrame de vidrio roto en el que suelen acabar todos los recintos con grandes aglomeraciones.
Lo que tiene un coste de unos 15€ es la ruta de senderismo guiada con el añadido de un vale para participar en el almuerzo colectivo que tiene lugar al finalizar esta ruta. La comida se sirve en las instalaciones del colegio municipal y esta consiste en un plato combinado de pollo a la brasa con arroz y ensalada de acompañamiento y un puré de verduras de entrante. Los niños tienen una tarifa reducida de 8 €.
¿PUEDO HACER ALGUNA RUTA POR MI CUENTA FUERA DE LOS CAUCES QUE OFRECE LA ORGANIZACIÓN?
Efectivamente estas se pueden ejecutar por cuenta propia y sin estar así sometidos a unos horarios más estrictos. De hecho, fue uno de los motivos por los que decidimos hacerla por libre. La hora oficial de la salida en la ruta guiada estaba prevista para las 9 am (8 am española) y esto suponía un madrugón considerable si como en nuestro caso el desplazamiento hasta allí te llevaba un mínimo de una hora y media.
Existen 3 recorridos, uno de 5 km, otro de 8 km y el más largo del 12 Km. Todos están bien señalizados con carteles indicativos, en todos ellos se pueden encontrar numerosos almendros en flor y aunque el desnivel es algo grande (sobre todo en los dos más largos), las tres opciones presentan una dificultad baja-moderada.
Si este año te ha cogido de improviso y con poco margen de reacción, esperamos que nuestra entrada del blog te haya puesto en alerta para futuras ediciones ya que te garantizamos que esta original propuesta bien merece una excursión al Algarve. ¡Hasta la semana que viene, viajeros!